Expertos y ecologistas reclaman protección «del más alto nivel» para la tejeda del Sueve

La tejeda de la sierra del Sueve necesita protección «urgente y del más alto nivel», a juicio de los expertos y conservacionistas reunidos el pasado fin de semana en un encuentro para analizar la situación de este espacio único, que califican de «penosa». El cambio en la ordenación del monte y los «controles drásticos» de la población de gamos son, a su juicio, algunas de las medidas que habría que adoptar para conservar este bosque.

Artículo puesto en línea el 9 de noviembre de 2006

por Prenseru

9/11/2006

La Nueva España

Expertos y ecologistas reclaman protección «del más alto nivel» para la tejeda del Sueve

Participantes en los encuentros sobre la tejeda del Sueve, en el interior del bosque.

Los participantes en un encuentro sobre este bosque piden una nueva ordenación del monte y «controles drásticos» de la población de gamo

La tejeda de la sierra del Sueve necesita protección «urgente y del más alto nivel», a juicio de los expertos y conservacionistas reunidos el pasado fin de semana en un encuentro para analizar la situación de este espacio único, que califican de «penosa». El cambio en la ordenación del monte y los «controles drásticos» de la población de gamos son, a su juicio, algunas de las medidas que habría que adoptar para conservar este bosque.

Colunga,

L. M. ARCE / A. ZAPICO

Las tejedas del Sueve conforman un bosque único: la mayor concentración de tejos de Europa (más de 8.000 árboles) y una de las masas forestales más antiguas del continente. Esta premisa sustenta la petición que relevantes expertos en esta especie y grupos conservacionistas, constituidos todos ellos en la asociación Amigos del Tejo, suscriben en un manifiesto para que este «santuario natural» reciba la protección que merece su valor «incalculable». Una protección que, a su juicio, debería ser «urgente y del más alto nivel», ya que se trata de un tesoro en situación «precaria». La presión de los herbívoros salvajes (gamos y jabalíes) y domésticos, que erosionan el suelo e impiden la regeneración del arbolado, es la principal amenaza que se cierne sobre estos «bosques singulares», que cubren una superficie cercana a las 80 hectáreas. El «Manifiesto para la protección integral de los texedales del Sueve» es producto de un encuentro celebrado el pasado fin de semana, a convocatoria de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA).

El documento establece que «las tejedas del Sueve representan un patrimonio único que ha llegado a nosotros conviviendo durante cientos, probablemente miles, de años con nuestros antepasados»; efectúa un diagnóstico de los problemas responsables de la «penosa situación» actual de este espacio, y propone una serie de medidas para solucionarlos, comenzando por «una nueva ordenación del monte ante la ineficacia de la actual gestión». El «control drástico» del gamo en estos bosques es otra recomendación destacada, que se hace extensible al jabalí, muy abundante en la sierra, y al ganado, especialmente el caprino, para el cual se reclama «una regulación adecuada». También se hace hincapié en el riesgo que representaría la apertura o el ensanchamiento de pistas en la vertiente norte del Sueve -como ha sucedido ya con la que conduce al lugar de Busfríu-, ya que la inaccesibilidad de las tejedas las ha mantenido a salvo de la explotación maderera y del tránsito de vehículos, que las habrían menoscabado.
Los firmantes del manifiesto incluyen asimismo entre sus peticiones la de delimitar las zonas donde el matorral, sometido regularmente a rozas -cuando no a quemas controladas, que empobrecen los suelos-, debe ser respetado «como refugio de los plantones de acebo, tejo, etcétera, que encuentran en su interior una posibilidad de supervivencia».

El manifiesto concluye con la siguiente consideración: «La pérdida irreparable que ya está sufriendo este bosque por la ausencia de nuevas generaciones de árboles y su regresión envejecimiento y deterioro es un desastre que nos priva a nosotros mismos y a nuestros sucesores de una parte esencial de nuestra identidad y de nuestro paisaje».