Peñas acumula vestigios desde épocas remotas
Artículo puesto en línea el 1ro de junio de 2008

por Prenseru

gozón

Peñas, un balcón a la historia

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El cabo geográfico más septentrional de España acumula vestigios que prueban su importancia estratégica desde épocas remotas

Illán GARCÍA
Luanco,

Los condicionantes geográficos del Cabo Peñas han propiciado que en los extremos del punto más septentrional de España se localicen las dos poblaciones marítimas más importantes de Asturias: Avilés y Gijón. Según el historiador y experto en arqueología Valentín Álvarez, la existencia de las rías de Aboño y Avilés, respectivamente, han sido fundamentales en la formación de estos núcleos que acabaron siendo tan determinantes en el desarrollo de la región. Las rías, según Álvarez, deben de considerarse como las «autopistas» de la antigüedad, pues conectaban el interior de la región con la costa. «El Cabo Peñas, y por extensión, el concejo de Gozón, han sido un referente tanto para el marino que llega como para el que intenta superarlo», apunta Álvarez.

El cabo está situado en el punto más al Norte de la región y aproximadamente en el centro de la costa española del mar Cantábrico. Por ello, ha gozado de un gran valor estratégico en la historia de la navegación y ha sido capaz, desde la antigüedad, de fijar población en asentamientos a ambos márgenes del accidente geográfico.

Pruebas que atestiguan la presencia de civilizaciones en esta zona de Asturias son la aparición de hachas de bronce de talón y una anilla en las inmediaciones de la ría de Avilés, así como otra de similares características en lo que, en la actualidad, es Perlora, en el concejo de Carreño. Estos elementos tienen una clara raigambre atlántica, apuntó Álvarez. Los hallazgos se pueden datar, según Álvarez, en la etapa denominada como «bronce final» donde se comienzan a intuir, según el historiador, relaciones de intercambio por todo el eje atlántico. «Hay que destacar un emplazamiento castreño, que hasta hoy no ha sido convenientemente estudiado por la historiografía regional, El Cantu La Figal, en Nieva. Allí se han recogido restos que lo adscriben al mundo romano como una «tegula» (teja) romana con la inscripción «Licinius», la misma que otra localizada en Gijón», dijo el arqueólogo.

«Aparte de afirmar que Gijón y La Figal compartían el mismo centro cerámico y un mismo período histórico podemos ir más allá y aventurar que su posición geográfica, en la bocana de la ría y al abrigo de vientos, los convertía en puertos naturales, lo que nos hace sospechar la existencia de un poblamiento romano vinculado al transporte marítimo», añadió.

Para el historiador, las sospechas que presenta este elemento hallado en ambos márgenes del cabo aumentan si se tiene en cuenta la aparición de una moneda sueva en la península de Nieva. Esta idea, según Álvarez, se puede relacionar con monedas visigóticas aparecidas en Luanco y partiendo del hecho de que Gijón, en pleno siglos IV y V, sobrevive como centro de comercio marítimo. «Quizá nos esté hablando de un posible enclave portuario que sirvió de complemento a la navegación al menos romana», dice Álvarez.

Éstas y otras teorías sobre los antepasados comerciales y geográficos del concejo fueron presentados la pasada semana en la primera semana de la historia de Gozón, promovida por el también historiador Nicolás Alonso.