Patrimonio olvidado

Llama la atención que una ciudad que en los últimos años ha realizado un esfuerzo descomunal por preservar el mejor casco histórico de esta región, se haya olvidado en cambio de una serie de símbolos arquitectónicos, industriales y naturales que explican por sí mismos la evolución del territorio.

Artículo puesto en línea el 28 de febrero de 2010

por Prenseru

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28.02.2010 -
JOSÉ MARÍA URBANO MARIETA

AVILÉS.

Foto: El manantial de Valparaíso, del siglo XV, abasteció de agua a Avilés durante siglos y hoy está totalmente abandonado Un vecino acompañó a LA VOZ a la zona.

Llama la atención que una ciudad que en los últimos años ha realizado un esfuerzo descomunal por preservar el mejor casco histórico de esta región, se haya olvidado en cambio de una serie de símbolos arquitectónicos, industriales y naturales que explican por sí mismos la evolución del territorio.

La Azucarera de Villalegre es uno de los ejemplos. Fundada en 1898 en Villalegre, permaneció abierta hasta 1906, año en el que fue acondicionada para fabricar un ladrillo especial. Hoy sólo queda en pie su chimenea, mientras la finca ha sido vallada. Atrás quedaron los sueños de personas como José Antonio García, el que fuera concejal de IU, que planteó en su día que los restos de la Azucarera y sus terrenos se reservaran para un futuro campus universitario. La construcción de viviendas enterrará definitivamente aquellos sueños.

Cerca de esta finca, en la carretera general, en la divisoria de los concejos de Avilés y Corvera, se encuentra la capilla de Santa Apolonia, nada menos que del siglo XVI, hoy comida por el polvo y el abandono, con una amenaza, no menor, de una fila de adosados previstos en su trasera. El actual párroco de Villalegre, Vicente Pañeda Requejo, empeñado en recuperar el patrimonio de su parroquia, ha empezado por poner «los papeles al día» de esa capilla, que es propiedad del Arzobispado y que es Bien de Patrimonio Nacional.

Y, tercer ejemplo, está en el camino de Miranda, donde se encuentra olvidado, abandonado y pasto de la basura, el manantial de Valparaíso, de donde partió la traída de agua a Avilés durante siglos. El Ayuntamiento afrontó en el siglo XVII una obra clave para asegurar el servicio a la ciudad, que fue rematada con dos fuentes públicas: los caños de San Francisco y los de San Nicolás, hoy desaparecidos.

Avilés ha dado pasos muy importantes en su modernización, pero esa labor no quedará nunca completada mientras no se salven del olvido elementos de nuestro patrimonio que son historia de la ciudad y que nos ayudan a conocerla mejor.