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Patrimonio aprueba la reforma de la mina de Arnao y da luz verde a las obras

Los primeros trabajos previstos son el derribo de una construcción de ladrillo adosada al castillete y la restauración de las galerías

Foto: Ángela Vallina y José Antonio Rodríguez, en la presentación del libro. ricardo solís

Arnao, Inés MONTES

El Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias ha dado el visto bueno al proyecto de recuperación de la mina de Arnao y su entorno. El inicio de las obras es inminente, según indicó ayer el concejal de Hacienda y Patrimonio del Ayuntamiento de Castrillón, Ramón Martínez Campo. Los trabajos comenzarán en el interior de la mina con el objetivo de recuperar unos cien metros de la galería que se pretende abrir al público dentro de un año.

Coincidiendo con esas obras se acometerá el derribo de una construcción de ladrillo que se adosó a la fachada sureste del castillete en los años ochenta del pasado siglo. La rehabilitación del antiguo casino de Arnao también comenzarán de inmediato ya que el local serán habilitado como centro de interpretación y de recepción de visitantes.

Las obras serán ejecutadas por la unión temporal de empresas (UTE) formada por Tratamientos Asfálticos y M.C. Conservación y restauración. El coste total del proyecto es de cinco millones de euros de los que el 70 por ciento los aporta la Unión Europea con cargo a los fondos FEDER y el resto el Ayuntamiento de Castrillón. El proyecto, en su totalidad, tiene que estar concluido para el 31 de diciembre de 2011.

«Hemos cumplido ya todos los trámites burocráticos, que son muchos, así que el inicio de las obras es inminente», indicó Martínez Campo. El Ayuntamiento ha tenido que solicitar a Costas la concesión del dominio público marítimo-terrestre sobre el que se asientan gran parte de las antiguas instalaciones mineras.

«La Consejería de Cultura está tramitando la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para el castillete. El expediente se inició el pasado mes de septiembre y confiamos en que esté concluido para la finalización de las obras», dijo el edil. Patrimonio ha pedido al Ayuntamiento que en la ejecución del proyecto se respeten los elementos originales.

Asimismo, la bocamina de acceso ha de ser tratada de modo que no sobresalgan elementos discordantes del talud del terreno original para que el impacto visual sea el menor en el entorno de la playa de Arnao. Esa zona será una de las salidas de los turistas tras bajar en ascensor desde el castillete hasta las galerías. Al final de la visita los turistas terminarán el recorrido en la playa.

El Ayuntamiento de Castrillón tendrá que consultar con el Principado cualquier modificación que pretenda acometer sobre el proyecto original aprobado por la Consejería de Cultura y Turismo, según prevé la ley asturiana de Patrimonio Cultural.

Salinas, I. MONTES

«Este libro no es una novela ni un libro técnico es la memoria de una historia escrita no por un historiador sino por una persona que participó directamente, como trabajador de la empresa, en una parte de esa historia». Emocionado y arropado por muchos de los que fueron sus compañeros de trabajo, José Antonio Rodríguez Álvarez, presentó ayer en la biblioteca de Salinas el libro «Historia y Memoria. Real Compañía Asturiana de Minas», en el pasa revista a la historia de la RCAM desde su instalación en Arnao en 1833 hasta su compra por Asturiana de Zinc (AZSA) en 1980.

«La historia industrial de la RCAM fue transcendental para la comarca y para Asturias. Se constituyó en 1853 para la obtención de cinc metal y 154 años después, en la misma comarca y a pocos kilómetros, en San Juan se convierte en la primera productora mundial de cinc. Una historia que tiene una profunda reflexión por la importancia que supuso y supone en el ámbito económico y social asturiano», dijo el autor.

El libro está editado por el Ayuntamiento de Castrillón. La alcaldesa, Ángela Vallina, presentó ayer la obra de la que destacó «su valor excepcional, pues además de datos bibliográficos imprescindibles, recoge la historia real, la de las personas que, de un modo u otro, estuvieron ligadas a la RCAM y a Arnao». La alcaldesa explicó que el libro es la primera publicación ligada a la recuperación de la mina de Arnao y su entorno. «Arranca con la historia en la que se contextualiza los inicios de la explotación minera y, con ella, la Real Compañía asturiana de Minas», concluyó.

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Castrillon

Un enclave con mucho pasado

Más de un centenar de personas acuden a la presentación del libro del ex concejal socialista José Antonio Rodríguez ’Arnao, 1833-1980. Memoria e Historia’ repasa la vida de la Real Compañía

04.05.2010 -
J. F. GALÁN

PIEDRAS BLANCAS.

Foto: José Antonio Rodríguez muestra su libro minutos antes de la presentación. :: MARIETA

’Arnao 1833-1980. Historia y Memoria’ recorre la trayectoria de la Real Compañía Asturiana de Minas desde su fundación hasta que la empresa belga se integró en Asturiana de Zinc. Lo hace desde dos perspectivas, la empresarial y la humana. «Es la historia de las personas que trabajaron en ella», aseguró ayer su autor, José Antonio Rodríguez Álvarez, durante la presentación del libro. El acto, presidido por la alcaldesa, Ángela Vallina, reunió a más de un centenar de personas en el salón de actos del Ayuntamiento. Muchas trabajaron en la Real Compañía, al igual que el propio José Antonio Rodríguez, ex concejal socialista del Ayuntamiento de Castrillón.

La Real Compañía Asturiana de Minas inició su actividad en 1833. Un año después, el 30 de abril de 1934, comenzaba a horadarse el pozo de la que sería la primera explotación vertical minera de Asturias. Según expuso ayer el autor, «los primeros 15 años fueron muy difíciles», hasta el punto de que en 1855 «la mina estuvo a punto de cerrar». Con el fin de salvar la empresa, «se les ocurrió hacer aquí, en Arnao, una fundición de zinc, para a aprovechar el carbón». Era el inicio de los años dorados de la mina de Arnao. «La producción pasó de 2.000 toneladas anuales a 40.000, y la apertura del túnel hacia Salinas permitió transportar la mercancía al puerto, a San Juan de Nieva, solucionando así lo que hasta entonces había sido un gran problema», incide el autor.

El trabajo en la mina era especialmente duro. «Había muchos problemas de humedad, de ventilación y de iluminación. Trabajaban casi a oscuras», recalcó José Antonio Rodríguez. «Había muchos argayos. En 1902 murió un minero, y en 1905, otro. Entonces hubo una huelga de seis meses». Las filtraciones de agua de mar hicieron que la situación fuese insostenible, «y en agosto de 1915 la mina se cerró».

La Real Compañía de Minas mantuvo su actividad. En 1960, la fundición dio paso a la electrólisis, lo que originó una segunda etapa de esplendor. Es ahí donde se sitúa el origen de Asturiana de Zinc. «La Real Compañía era una empresa belga y fue necesario constituir una con capital español. Y así se hizo: el 20% de Banesto, el 40% el Herrero y otro tanto la Real Compañía». El cambio de proceso -de fundición a electrólisis- también tuvo consecuencias negativas. «Hubo un despido de 203 trabajadores», precisa el autor de ’Arnao 1833-1980. Historia y Memoria’.

El libro se documenta con «unas memorias que la Real Compañía elaboró en 1 953 con motivo de su centenario. La mayor parte estaban escritas en francés, y no llegaron a salir a la luz». Desde esa fecha hasta 1980, José Antonio Rodríguez recurrió a las experiencias de los trabajadores, y a la suya propia.