Equipamiento destinado a acoger el patrimonio de El Sidrón
Artículo puesto en línea el 13 de noviembre de 2010

por Prenseru

La idea de impulsar estos equipamientos surgió en 2003, cuando la Mancomunidad del Oriente, consciente del potencial turístico del patrimonio prehistórico de la comarca, presentó al Principado un documento director denominado «Plan de la Prehistoria del Oriente».

http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20101113/oriente/joya-sidron-tiene-cofre-20101113.html

Oriente

La joya de El Sidrón ya tiene Cofre

La planta baja tendrá una cristalera con vistas al Sueve; en la alta se diseña un recorrido oscuro que simula una gruta Un estudio gallego levantará el centro de interpretación de la caverna piloñesa

13.11.2010 -
EVA SANROMÁN esanroman@elcomerciodigital.com
INFIESTO.

Foto: Fachada principal que presentará el equipamiento destinado a acoger el patrimonio de El Sidrón. :: PABLO GALLEGO

Su nombre es ’Cofre’ porque «en una ocasión el alcalde de Piloña, Camilo Montes, dijo algo así como que El Sidrón era una joya que necesitaba un cofre para guardarla». Lo explica Pablo Gallego Picard, el ganador de entre 173 propuestas del concurso de proyectos para el Centro del Neandertal de Piloña. Será él quien dé forma al museo más importante junto con el riosellano de Tito Bustillo dentro del programa Paraíso Rupestre, el que dará cobijo al legado del hombre de El Sidrón y a la historia que aún hoy sigue escribiendo. No ha sido una tarea fácil, pero sí estuvo clara desde el principio.
«Casi todo lo que debíamos hacer estaba definido en un programa», explica el arquitecto gallego. De hecho tenían que adaptarse a una serie de necesidades que permitieran albergar las diferentes colecciones y mostrar al público la relevancia de los descubrimientos hechos hasta la fecha. Sólo había que saber buscar la forma adecuada para que el museo no fuera un equipamiento cultural al uso, para que la idea en papel se materializara en edificio «emblemático». Había que buscar, definir y colocar el espacio de un museo con unos 1.000 metros cuadrados destinados a exposiciones, así como una réplica de la cueva y una espectacular sala circular en la que se recrearán a tamaño real todos y cada uno de los neandertales cuyos restos aparecieron en la galería del Osario. Por ahora serán nueve, cinco adultos, dos adolescentes de unos 12 años y dos niños, uno de siete y otro de dos. La familia del Sidrón quedará expuesta al público, y se detallarán las diferentes piezas que han ido apareciendo a lo largo de las excavaciones.

«El inmueble tenía que ser claro y rotundo, pero al tiempo debía ser controlable y tener seguridad», cuenta. «Había un itinerario establecido, con salas distintas y con la exigencia de que la flexibilidad debía estar en todas ellas para que lo que ahora es una sala de exposición pueda ser después un salón de conferencias». Al final, «era una especie de contradicción, pero con puntos complementarios, flexible pero definido, controlable pero con acceso al público»... Eso en cuanto al programa.

La finca de Villamayor donde se ubicará el impresionante edificio tampoco dejaba claras las posibilidades. «Es una parcela triangular de unos 13.000 metros cuadrados anexa a la N-634», explica, con lo que, desde el principio, el reto se antojó complicado. Pero había una noción básica. «Me gustaba la idea del cuestionamiento de la gravedad, teníamos que reproducir una cueva y, con ella, la sensación de oscuridad, la falta de luz, otra realidad, un espacio cavernario», al fin y al cabo.

Así que Gallego y su equipo se pusieron manos a la obra para diseñar el lugar que asombró al jurado. Toda la planta baja será un espacio abierto al público. La entrada, sita en un lateral del museo, conduce de un lado hacia un pasillo «que va a una cubierta inclinada»: es la sala de exposiciones, conferencias y talleres. Y, de otro lado dirige al visitante hacia «un frente acristalado desde el que se observa a la Sierra del Sueve». El mundo prehistórico que se dibuja abajo es un lugar abierto. Todo lo contrario que el de la planta superior, donde el espacio oscuro cierra la sensación de libertad para adentrarse, ahora sí, en las angostas paredes de una húmeda caverna e iniciar entonces el recorrido de la cueva de El Sidrón.

Y todo dentro de «un contenedor flexible que aprovecha los espacios triangulares del edificio y que aparentemente, visto desde abajo, está flotando», a unos cinco metros del suelo. Es un rincón «negro que llamamos ’Cofre’ con una luz cenital» con la que poder dirigir las sensaciones del visitante. Porque será ahí donde comience el verdadero paseo por los descubrimientos que El Sidrón ha aportado al mundo desde que, en 1994, se abrieran las entrañas de la cavidad piloñesa sita en la parroquia de Borines.
La distribución del museo avanzará desde lo particular hacia lo general. Desde los impresionantes 1.800 restos de neandertales encontrados hasta 2009 -junto con más de 500 piezas líticas y restos de fauna- hasta una visión general de los neandertales y de la propia evolución humana. Pero para llegar de un sitio al otro, el visitante se verá inmerso en una viaje a los secretos del Sidrón. Tras atravesar el hall del área expositiva, en el que se mostrarán las primeras mandíbulas que dieron origen a la investigación en la gruta y una breve historia de la misma y de sus descubrimientos, se accederá a la antesala. Allí se ofrecerá una explicación del contexto geológico y cronológico de la cavidad.

A continuación se accederá a la reproducción de las dos principales galerías de la cueva, la del Río y la del Osario. La primera, la principal, dará una idea del aspecto general del lugar y tendrá unos 20 metros de larga. Al igual que sucede en la cueva original, en un momento del recorrido se abrirá a la derecha una nueva galería, la del Osario. El lugar en el que aparecieron los restos de los Neandertales. Un sitio mágico, un pozo de ciencia al que los restos llegaron arrastrados por el agua. Este tramo de galería estará parcialmente excavado en el suelo, y recreará las condiciones en las que se desarrolla la investigación en el interior de la cueva. Medirá unos 14 metros y dará paso a la exposición propiamente dicha.

Absolutamente todos los secretos que guardaba la gruta saldrán ahora a la luz. El incesante trabajo de arqueólogos, historiadores, genetistas o paleontólogos se transformará en una exposición que ya tiene dónde ubicarse. El 2011 será, sin duda, el año de El Sidrón.


6/7/07 www.lne.es

El Ejecutivo ha invertido 583.000 euros en las excavaciones de Sidrón desde el año 2000

Oviedo / Infiesto

La cueva de Sidrón pertenece a la parroquia de Borines y se localiza en el paraje de Cantu Llenderu, un lugar muy boscoso en el que abundan los robles y castaños. Tiene casi un kilómetro de galerías, distribuidas en tres pisos, cuyo eje viene marcado por el antiguo cauce de un río que discurría por su interior y que ofrecía una constante disponibilidad de agua para los moradores prehistóricos de la cueva.

Las excavaciones arqueológicas comenzaron en el año 2000, bajo la dirección de Javier Fortea Pérez y de Marco de la Rasilla Vives, gracias a un convenio marco firmado entre el Principado y la Universidad de Oviedo. Desde entonces se han invertido 583.123,28 euros en diferentes actuaciones. Areces destacó que la cueva de Sidrón se ha convertido en un referente internacional para el estudio de las poblaciones neandertales que vivieron en Europa.

Los ocho individuos encontrados hasta la fecha en la cueva piloñesa (un niño, un joven, dos adolescentes y cuatro adultos) suponen la colección más completa de restos neandertales de la península Ibérica, además de aumentar de forma muy significativa el registro fósil del linaje europeo. Areces destacó, además, que la «excelente» conservación de los restos óseos de Sidrón ha hecho posible la extracción de ADN mitocondrial, por lo que el yacimiento fue integrado en el proyecto «Genoma neandertal», con la colaboración del Museo Nacional de Ciencias Naturales, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).


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Cajastur se muestra dispuesta a «acompañar en el futuro la evolución de este proyecto»

Oviedo / Infiesto

El presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, expresó su satisfacción por colaborar en iniciativas del calado del Museo del Neandertal y anunció que la entidad financiera asturiana «está dispuesta a acompañar en el futuro la evolución de este proyecto».

La consejera de Cultura, Ana Rosa Migoya, por su lado, agradeció la colaboración de Cajastur y destacó que la finca de Las Huelgas, que tiene más de 30 hectáreas, es el emplazamiento ideal para este equipamiento cultural y turístico.

El alcalde de Piloña, el socialista Camilo Montes, recién elegido tras ganar las pasadas elecciones municipales, calificó la jornada de ayer como un día «feliz e importante» para el concejo piloñés. Montes mostró su confianza en que el municipio deje de ser el «garbanzo negro» del oriente asturiano, una situación que achacó a la negativa del anterior equipo de gobierno, del PP, a negociar con otras administraciones.

El Museo del Neandertal forma parte del proyecto denominado «Paraíso rupestre», que impulsa el Gobierno del Principado. Los equipamientos de «Paraíso rupestre» son, además del piloñés, el Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo (Ribadesella), el Aula de Interpretación del Ídolo de Peña Tu (Llanes), el Centro de Interpretación de la Cueva de la Loja (Peñamellera Baja), el Centro de Interpretación de la Cueva de Llonín (Peñamellera Alta) y el Campamento de los Pescadores de la Prehistoria (Cangas de Onís). También integran el programa la Casa de los Pintores de Cuevas (Cabrales), el Aula de Interpretación del Hábitat Rupestre y del Karst (Amieva), el Centro de Interpretación de los Bosques Antiguos (Ponga), el Centro de Interpretación de la Fauna Glaciar (Onís), el Centro de Interpretación de la Cultura Castreña del Oriente de Asturias (Caravia), el Centro de Interpretación de la Cueva del Pindal (Ribadedeva) y el Museo del Sella y Centro de Interpretación del Cambio Climático (Parres). La red de equipamientos de «Paraíso rupestre» debe estar lista y abierta al público en su totalidad en 2010.

La idea de impulsar estos equipamientos surgió en 2003, cuando la Mancomunidad del Oriente, consciente del potencial turístico del patrimonio prehistórico de la comarca, presentó al Principado un documento director denominado «Plan de la Prehistoria del Oriente».