Justo Ureña cederá a la villa diez piezas numismáticas romanas de su colección

Las monedas que Ureña conserva desde los años 50 del pasado siglo son todas de la época imperial. Las más antiguas son tres ases de tiempos de Nerón (58-64), fabricadas en bronce y con un peso de 25 gramos cada una.

Artículo puesto en línea el 4 de marzo de 2010

por Prenseru

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AVILES

Las monedas que Roma dejó en Avilés

Justo Ureña cederá a la villa diez piezas numismáticas romanas de su colección

03.03.10 - 03:15 -

El paso del tiempo se deja sentir sobre las personas, ciudades y continentes, pero la huella de épocas pasadas siempre estará ahí, de una u otra forma, para narrar de dónde venimos. Esa es una de las funciones de la numismática, una actividad que es a la vez coleccionismo y ciencia. Justo Ureña, cronista oficial de la villa, ha reunido un interesante conjunto de piezas a lo largo de toda su vida. Diez de esas monedas, datadas entre los años 68 y 217 d.C., en el esplendor de la Roma imperial, serán cedidas en depósito por Ureña para el futuro Museo de Avilés. La particularidad de estas piezas radica en que todas ellas fueron encontradas en la comarca, fruto de excavaciones arqueológicas o de hallazgos totalmente casuales, y en algún caso ilustran perfectamente de cómo el recorrido de una moneda desde su forjado hasta el álbum del coleccionista es cuando menos inaudito.

Las monedas que Ureña conserva desde los años 50 del pasado siglo son todas de la época imperial. Las más antiguas son tres ases de tiempos de Nerón (58-64), fabricadas en bronce y con un peso de 25 gramos cada una. La más gruesa muestra el busto del ’emperador loco’ con toda nitidez, si bien su forma irregular acusa el paso del tiempo. El cronista explica que «también se debe a que estas piezas se hacían a troquel, de un modo muy basto, razón por la que nunca fueron perfectamente circulares, ni siquiera recién salidas de la ceca (fragua de moneda)».

Del mismo emperador se encontró en Sabugo otro as muy erosionado, en cobre y por tanto de valor monetario más bajo. El resto de piezas las cataloga su propietario bajo el título de ’soberanos’, una suerte de ’calderilla’ de la época, con piezas de Caracalla, Cómodo, Antonino Pío, Lucio Arménico y otra «sin datar, con la efigie de una tal Ígora, seguramente una emperatriz».

Valor histórico

El cronista rememora que «todas llegaron a mis manos de modo casual», señalando que «algunas aparecieron en las excavaciones de la iglesia vieja de Sabugo, otra en un dragado en la ría...». Aunque Ureña no concreta de dónde surgió cada una, sí recuerda que «un ’paisano’ que excavaba una obra en Ruiz Gómez encontró la de Cómodo, y me la ofreció gratis. A cambio le di un par de botellas de vino...».

En todo caso, el valor pecuniario en el mundo del coleccionismo de todas ellas «es bajo, no son piezas raras». Y resalta que «su interés radica en que se encontraron en Avilés, demostrando la presencia romana, pero no se puede comparar a lo que cuesta un sestercio de plata, por ejemplo», zanjando el tema con que «en Tarragona aparecen monedas de estas por días de bueyes, en los sembrados o en obras urbanas».

En otro orden de cosas, Ureña manifiesta su «contrariedad» ante una noticia de agencias de la que se hicieron eco los medios de comunicación la semana pasada. Su difusión ha creado « un malentendido en el que se indica que voy a ceder toda mi colección, cuando sólo voy a aportar en depósito estas modestas piezas de origen romano» halladas en distintos puntos de Avilés.


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Las monedas romanas del cronista

Justo Ureña está dispuesto a ceder al futuro museo una decena de ases imperiales descubiertos en Avilés

Foto: Justo Ureña muestra una de sus monedas romanas. miki lópez

S. FERNÁNDEZ

El cronista oficial de la villa, Justo Ureña, también es numismático. La pasada semana el erudito local aseguró que iba a donar sus monedas reunidas a lo largo de más de medio siglo al futuro museo de la ciudad. Sin embargo, ahora puntualiza: «Mi colección es modestísima y no dije nada de donarlas. Ofrezco, eso sí, al Ayuntamiento las diez monedas romanas que poseo porque, aparte de ser eso, romanas, fueron halladas en obras o excavaciones que se hicieron en Avilés», comentó Ureña.

La colección de la que habla Ureña cuenta con una decena de ases (monedas del Imperio Romano) de los que tres están repetidos. «Fueron troqueladas en tiempos de Nerón», apostilla el cronista mientras se fotografía con otra pieza de su pequeña muestra. «Son monedas que no valen demasiado: son de bronce o de cobre, pero tienen el plus de ser avilesinas, es decir, que dan fe de que por aquí, por estas tierras, anduvieron romanos en su momento, porque no va a venir un señor decimonónico a tirar una moneda de éstas», comentó.

Justo Ureña se hizo numismático por herencia: «Mi abuela Etelvina Muñiz me regaló una colección de duros de plata de la época de Alfonso XII y Alfonso XIII y a partir de ella empecé a hacerme con mis propias monedas», apuntó el cronista, quien de hecho es socio fundador de la Sociedad Numismática de Avilés.

El tesoro histórico del erudito local -«las monedas documentan el pasado», dijo Ureña- se halló en lugares tan dispares como el subsuelo de la iglesia vieja de Sabugo, en la finca contigua a la actual Oficina de Turismo. «No sé si fue una tinaja o un cofre, pero fue hace muchos años y por eso no me acuerdo. Aparecieron y yo las compré», aseguró.

La colección aumentó con los años. «Algunas temporadas vivía en Tarragona, una ciudad en la que haces un agujero y encuentras todas las monedas que quieras», añadió el cronista. «Lo que me queda por conseguir, a mi edad, está fuera de mi alcance», concluyó.